Entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de basura plástica van a parar a los océanos cada año, según una investigación liderada por la investigadora de la Universidad de Georgia (EEUU), Jenna Jambeck. Greenpeace reclama gran parte de esa responsabilidad a las seis grandes compañías de refrescos: Coca-Cola, PepsiCo, Suntory, Danone, Nestlé y Dr. Pepper Snapple.

Un sondeo de la asociación ecologista asegura que las grandes compañías utilizan solo un 6,6% de plástico reciclado en su fabricación y no ponen nada de énfasis en la recuperación de los envases. Cada año producen más de dos millones de toneladas de botellas de plástico; el equivalente al peso de 10.000 ballenas azules. Si tenemos en cuenta el empaquetado (y a falta de los datos de Coca-Cola), la cantidad de plástico usado por los fabricantes de refrescos sube hasta 3,6 millones de toneladas al año.

"Está claro que si queremos proteger nuestros mares, necesitamos poner fin a la cultura de usar y tirar, acabando con el plástico de un solo uso y asegurándonos que el que queda en circulación es 100% reciclado", declara la directora de campañas de océanos de Greenpeace, Louise Edge.

Hasta ahora, ninguna de las compañías mencionadas tiene un "objetivo global" de reducción de residuos ni un compromiso firme para avanzar hacia la meta de 100% de plástico reciclado. Cuatro de los seis fabricantes no tienen siquiera una consideración del impacto ambiental de las botellas en el proceso de diseño o de desarrollo. Sin embargo, mentiríamos si dijéramos que no se está tomando ningún tipo de medida.

Coca-Cola asegura haber puesto en marcha una revisión de su "estrategia de sostenibilidad" y ha anunciado que los planes serán hechos públicos en junio. La Asociación Británica de Refrescos admite la necesitad de "hacer más por incrementar el reciclaje y reducir los residuos" y se compromete a trabajar con Greenpeace y otras instituciones que promuevan, entre los consumidores, "una mayor responsabilidad en el uso de botellas desechables".

Mientras Greenpeace se lamenta de que, en los últimos diez años, se haya producido "una reducción considerable del uso de botellas reutilizables" acelerándose la producción de envases de un solo uso, grupos como Wrap reclaman a las autoridades un mayor rigor a la hora de exigir la "responsabilidad extendida del productor" (REP), un principio para promover las mejoras ambientales que ha sido asumido por la Unión Europea dentro del marco de la economía circular. Aunque tambien es cierto que, ante una situación así, se hacen imprescindibles medidas que exijan una corresponsabilidad al consumidor (como la de cobrar 5 céntimos por las bolsas de plástico en los supermercados).